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46 classes
por la armadura antigua y el yelmo de la gesta; por las lanzas que fueron una vasta floresta
3couplet
Me boy por la calle arriba; en biendo lo que yo quiero, der sielo bengan fatigas.
30soleá
Miraste el lago y esa trucha esa trucha se volvió mosca.
8haiku
Si el deseo te lo demanda, Yolanda, dale gusto, ¡qué caray!, Ongay, pues nos darás grandes ratos, Serratos; y firmarás mil contratos con tu arte de bailarina que hace de ti cosa fina, Yolanda Ongay de Serratos.
0ovillejo
No quieras que yo sea por tu soberbia pompa Faetonte de barqueros que los laureles lloran. Pasaron ya los tiempos cuando lamiendo rosas el céfiro bullía y suspiraba aromas.
4octava
Cuido que es menos dañoso pacentar por lo costero, que lo alto y hondonero juro a mi que es peligroso. Pero cata que te calle poner firme, no resballe la pata donde pisares pues hay tantos de pesares in hac lachrymarum valle.
38novena
Cata que se rompe el cielo, descerrúmbase la tierra, el nublo todo se cierra, rebellado, ¿no has receleo? Cata que vendrá el pedrisco, que lleva todo a barrisco cuanto mires de los ojos; hinca, hinca los hinojos cuanto yo todo me cisco.
38novena
Mujer, perdonada estás»? Pero ¿cómo podrá ser que esto pueda merecer la que no os sirvió jamás,
19redondilla
Parece el amor tuyo. Niña, al espe]o , Que faltando el azogue No da reflejo; Pues para amarme, Es preciso no deje De platearte.
27seguidilla_compuesta
Conoce, desdichado, tu fortuna y prevén a tu mal, que la desdicha prevenida con tiempo no penetra tanto como la súbita.
37estrofa_francisco_de_la_torre
El calor suave de tu considerada piel me engrandece.
8haiku
Pues sy son perecederos y tan caducos y vanos los tales biene mundanos, procura los soberanos para siempre duraderos; que so los grandes estados e riquezas, fartas fallaras tristezas e cuydados.
38novena
Si escucha un conocido, tierno acento, Anhelante despierta, en torno gira los arrasados ojos y respira Poseído de un nuevo y alto aliento,
24cuarteto
De mi alcoba en el ángulo los miro desasidos fantásticos lucir; cuando duermo los siento que se ciernen de par en par abiertos sobre mí.
21silva_arromanzada
En el regazo adormida Del blando sueño, presentes Mil delicias, En tu ilusión embebida, Feliz te finges, y sientes Mis caricias.
31estrofa_manriqueña
Téngase su tesoro los que de un falso leño se confían; no es mío ver el lloro de los que desconfían cuando el cierzo y el ábrego porfían.
14lira
Doy pena de lirio fresco para un corazón de yeso.
3couplet
Quevedo, qué recia lidia trabaste en tu triste España con la entraña de su entraña carcomida de la envidia.
19redondilla
Ya le regala los ojos, ya le entra, sin ver por dónde, una piedad mal nacida entre dulces escorpiones.
11cantar
Sentió allí convertirse en piedad amorosa el aspereza. ¡Oh tarde arrepentirse! ¡Oh última terneza! ¿Cómo te sucedió mayor dureza?
14lira
Racimo de gusanos, Flor del jardín de Asís, Que el aire campesino Deshoja en un camino. ¡Divina flor de Lis, Que con su boca ungía San Francisco de Asís!
20septilla
Un pobre topo, el más mandria y apocado, barre el coro. ¡Hoy va a cantar la calandria, la calandria de voz de oro!
5cuarteta
En un cuartito los dos, beneno que tú me dieras, beneno tomara yo.
30soleá
Preguntóme Mercurio: «¿No conoces quién es este gallardo, este brïoso? Imagino que ya le reconoces».
33terceto
Desciende en mi favor del alto Cielo Tú, que demuestras en el Vate Argivo El verso digno de cantar las guerras, Y hazañas de Monarcas y Caudillos: Y dime, oh Musa, cómo conquistaron, Siendo su Tutelar el Cielo mismo, Los Católicos Reyes el Emporio, En donde muere el Darro cristalino. Apenas este Numen a la tierra Mostró serenos sus azules visos, A los espacios del luciente Toro Trasladando del Sol el domicilio, Y a la más fértil estación del año Comenzó a enriquecer con su rocío, Tributando al Abril flores el prado, Música el ave, y danzas el ejido: Cuando a España sus ecos dirigiendo: Tiempo es, prorrumpe, ya de que tus hijos Sacudan de una vez el torpe yugo, Pues se cumplieron los decretos míos. Dijo el Cielo, y España a sus acentos, Dando treguas al triste parasismo, De sus hijos la cólera provoca, Que ya en furor convierten el conflicto. La Corte de Boabdil sombras errantes Alteran entretanto, interrumpido El nocturno silencio, y de sus muros Se lanzan melancólicos suspiros. ¡Ay, Granada, de ti! se oye que dicen Los Agarenos Manes, y al bramido Del Aquilón soberbio corresponden De infaustas aves agoreros picos. Todo es horror, y no de la tragedia Se engañan los terribles vaticinios, Cuando ya de la España sobre el Moro Brillan desnudos los aceros limpios. Buscan los Ricoshombres presurosos Al prudente Consejo, que advertido Del celestial favor, que los anima, Su influjo ofrece unir con el divino...
18romance_arte_mayor
En el arena siembra, y el preciso revolver de los hados lamentando, quiere torcer quien pone su esperanza en la fortuna suya.
37estrofa_francisco_de_la_torre
Irá el corrompido juez Tras la víctima inocente, Y en torno suyo a la vez Clamarán en voz doliente La orfandad y la viudez.
29quintilla
He regresado hoy recobrando paisajes a la casa perdida en el filo del tiempo. Allí estaban los años de tristeza y de juego, las nostalgias heridas de mi madre y su ausencia, las tardes de verano bajo el nogal antiguo de canciones y cuentos. Allí estaba el misterio de las viejas alcobas, el desván polvoriento con el eco sonoro de temores y risas, la soledad atroz de tanta despedida. Y todo lo cubría la presencia de ella, amorosa y distante, como diosa que sabe acariciar la aurora —constante su palabra inventando mi mundo— o amasar los silencios en la casa perdida en el filo del tiempo.
35unknown
Llevadme, por piedad, adonde el vértigo con la razón me arranque la memoria... ¡Por piedad!... ¡Tengo miedo de quedarme con mi dolor a solas!
23cuarteto_lira
a ti, pastor bendito, que buscaste de las cien ovejuelas la perdida, y, hallándose del lobo perseguida sobre tus hombros santos te la echaste;
24cuarteto
Sólo la edad me explica con certeza por qué un alma constante, cual la mía, escuchando una idéntica armonía, de lo mismo que hoy saca tristeza sacaba en otro tiempo la alegría
32quinteto
El girasol me abre sus tiernos brazos para ser tuyo.
8haiku
«Bien parece, señor, que no se advierte», le respondí, «que yo no tengo capa». Él dijo: «Aunque sea así, gusto de verte.
33terceto
El recuerdo rezonga por la oscura azotea, va errante por la bruma con pasos de charol, gris plumón en el viento, juguete de marea, cometa vagabundo, cansado caracol.
7serventesio
Al oírla, a mis ojos un mundo risueño vi abrirse, a mis plantas hallé dichas mil... Mas, cuando ya de ella creíame dueño, de mí se alejaba lo mismo que un sueño, lo mismo que un soplo de brisa sutil...
32quinteto
Todos con la misma suerte, Muerte Escrita se ve en la historia, Gloria Tiene el pobre en el invierno, Infierno Tengo el corazón tan tierno; me dan ganas de llorar que nos falta liquidar Muerte, Gloria o Infierno.
0ovillejo
TRAS granizos y nieves importunas El cierzo despejó los horizontes, Y una bóveda inmensa de zafiro Llenó con sus hermosos resplandores Limpio y ardiente el sol. Las altas cumbres De plata aparecieron, y del bosque, Carámbanos en vez de verdes hojas, En el yerto ramaje. Esclarecióse La ribera de Arlanza con un dia De los que en las hispánicas regiones Brillan en medio del invierno crudo, Y los mas claros son que admira el orbe. Ya estaba en su palacio Gústios Lara, Y á su fiel Ñuño pide le colocpie Do al aire abierto los ardientes rayos Del vivífico sol tranquilo goze. Ñuño al momento fuera del postigo, Ya escombrado de lefios y cascote, Que era la sola entrada del palacio. Un gran sillón de tosca encina, sobre Blancas zaleas en lugar de alfombra, Para dar gusto á su señor, dispone; ' Y allí después del brazo le condujo, Y con grande respeto acomodóle. Sentado el ciego Lara, entrambas manos Extendió en las rodillas, y gozóse Con el dulce calor que difundia Sobre él el padre de la luz, qne entónces Caminaba al zenit. La espalda al muro Y de pié quedó Ñuño, y cruza y pone Sobre el pecho los brazos. Los contornos La sombra oscura dibujó conformes En los toscos sillares de ambos viejos, A quienes largo espacio se Ies oye Tansolo respirar. Lara afanoso La faz alzó, tal vez los resplandores Para buscar del astro refulgen Le Esperando, infeliz ! la larga noclie Moderar de sus ojos, y á lo menos Ver tibia claridad. Desengañóle Empero la experiencia : aunque á torrentes Su lumbre, no ya un sol, sino mil soles Derramaran sobre él, siempre su vista Fuera mas insensible que los bronces . Conociólo el anciano, y abaíido Inclinando la frente, conformóse, Y empezó á susurrar en voz sumisa Sus rezos y continuas devociones. Ñuño entre tanto inmóvil espaciaba Los ojos por los llanos y los bosques, O por la inmensa bóveda celeste; Y varios pensamientos voladores En su mente cruzaban. Ya recuerdos De su primera edad, de los veloces, Fugaces dias, cuando aquellos campos, Floridas selvas y lejanos montes Donde quiera contentos le ofrecían : Ya de aquellos, que armado los furores Del combate arrostró : ya aquellas horas, En que educando á los Infantes nobles. De la paz, de la guerra y de la caza Desvelado les dio doctas lecciones ; De que cogió tan regalados frutos, En pos del lobo y jabalí feroces Viéndolos recorrer aquellas cumbres. Mostrarse en las batallas los mejores, Y lucir en las justas y festines De discreción y agilidad los dotes. De tal meditación, en que sumido Estuvo largo tiempo, al fin sacóle Con abatida voz, así diciendo. De su ciego señor el labio torpe.
18romance_arte_mayor
Otras veces se topaban en esta verde ribera, pero muy de otra manera el toparse celebraban que esta que fue la postrera. Extraño efecto de amor, verse dos que se querían todo cuanto ellos podían, y recibir más dolor que al tiempo que no se vían.
6copla_real
En Jaén, donde resido, vive don Lope de Sosa y diréte, Inés, la cosa más brava de él que has oído. Tenía este caballero un criado portugués... Pero cenemos, Inés si te parece primero.
28copla_castellana
Si quiero por las estrellas saber, tiempo, dónde estás, miro que con ellas vas, pero no vuelves con ellas. ¿Adónde imprimes tus huellas que con tu curso no doy? Mas, ay, qué engañado estoy, que vuelas, corres y ruedas; tú eres, tiempo, el que te quedas, y yo soy el que me voy.
13espinela
La embriaguez en los ricos solo es jaqueca y el vahido en los pobres es borrachera: que en estos tiempos, graduan las acciones por los sugetos.
27seguidilla_compuesta
Pasó una piedra que lanzó una honda; pasó una flecha que aguzó un violento. La piedra de la honda fue a la onda, y la flecha del odio fuese al viento.
7serventesio
Huye la ninfa bella; y el marino amante nadador, ser bien quisiera, ya que no áspid a su pie divino, dorado pomo a su veloz carrera; mas, ¿cuál diente mortal, cuál metal fino la fuga suspender podrá ligera que el desdén solicita? ¡Oh cuánto yerra delfín que sigue en agua corza en tierra!
2octava_real
Hanme dicho que se atreve una dueña a decir mal, y he sabido cómo bebe continuo sobre un brial;
5cuarteta
Cuantos o mal la espátula desata o desmiente la plata fármacos, oro son a la botica: caudales que lambica y simples hablen tantos como gasta. Envainad, Musa. Basta el que ha pillado zuño quien os la pegará quizá de puño.
4octava
La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido.
3couplet
Tu crítica majadera de los versos que escribí Pedancio, poco me altera. Más pesadumbre tuviera si te gustaran a ti.
29quintilla
También el alma tiene lejanías; hay en la gradación de lo pasado una línea en que penas y alegrías tocan en el confín de lo soñado: también el alma tiene lejanías.
32quinteto
La blanca palomica al arca con el ramo se ha tornado, y ya la tortolica al socio deseado en las riberas verdes ha hallado.
14lira
Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará;
21silva_arromanzada
Hasta la fuerte coraza, Que a los aceros se opone Poderosa, Al cabo se despedaza. O con la herrumbre se pone Ruginosa.
31estrofa_manriqueña
Siguieron por el rastro todos la fuga pero él va viento en popa y es la otra chusma y vuela por los mares de seda pues listo no perdona lo lindo por bravo nadie le echa la mano.
16chamberga
Los desvalidos hacen Un alto en la mañana. El dolor pordiosero Gime desde el sendero La triste caravana. ¡El dolor de nacer Y el de vivir mañana!
20septilla
¡Corazón que no has amado, Tú no sabes el dolor De un corazón acosado, Carcomido y desgarrado Por amarguras de amor!
29quintilla
Pues sienta quien siente, si sentido basta, después de tal sueño yo cuál fincaría; por cierto no creo que en Tebas Yocasta, por bien que recuente su triste elegía, la su dolor fuese igual de la mía, ni de la Troyana, por mucho que Homero describa el su caso y sueño más fiero, como soberano de la poesía.
41copla_arte_mayor
Compadre donde está dime, donde está esa niña amarga cuantas veces la esperé cuantas veces la esperaba.
11cantar
Tú, que rosa y jazmín ves, eliges la pompa breve del jazmín, fragante nieve, que un soplo al céfiro es; mas conociendo después la altiva lisonja hermosa de la rosa, cuidadosa la antepondrás en tu amor; que es el jazmín poca flor, mucha fragancia la rosa.
13espinela
Lleváronle maniatado los heréticos sayones, dándole mil empellones, y con un cordel ligado. De ahí salió mas honrado, que el humilde es bien que suba. Dichosa la isla de Cuba que goza de tal Prelado! Publíquese su bondad. La paciencia y la humildad,
25décima_antigua
Y contra la arena el sueño, a la sombra de una barca, fuera de la mar, sin remos
30soleá
Ya bienen los frailes, ya bienen los curas; ban a yebarse a mi compañera a la seportura.
26seguidilla_gitana
A los reinos llegó de sus hermanas, a las cuales el caso extraño cuenta; finge que con injurias muy villanas Amor la echó de sí con grande afrenta. Ella`[s] crédula[s] son, como inhumanas, y cada cual, de tanto bien hambrienta, lanzándose del monte, cuál primero, con su muerte pagó el pecado fiero.
4octava
Camino polvoriento y sinuoso de los lagares bajo el sol de julio, río que exhausto desemboca en verde mar de viñedos,
36estrofa_sáfica
Sus frondes comunicaban con el cielo de Diana; e tan lejos se mostraban, que naturaleza humana non se falla nin esplana por autores en letura selva de tan gran altura, o no Olimpio el de Toscana
15octavilla
En la clave del arco mal seguro, cuyas piedras el tiempo enrojeció, obra del cincel rudo, campeaba el gótico blasón.
23cuarteto_lira
Céfiro sopla, y como vela en nave hinche el vestido a Psique, y blandamente en alto la levanta, y con suave sueño la deja cerca de una fuente y una casa real, do, mientra el grave caso la admira, así decir se siente: "Psique, todo esto es tuyo, está sin pena; vente a bañar, después vendrás a cena".
4octava
A la redonda sombra de la encina inmoble y negra, inmoble se recuesta el negro toro, y una charca apresta su espejo inmoble de agua mortecina.
24cuarteto
Juro a Dios hidalgo franco si con saña me desflemo o del todo me apostemo, que os pique muy bien un zanco o que os arme tal retranco que resuene el contrapunto, que señor según barrunto si mi daga la despunto reniego si yo no os unto u os tire por un barranco.
25décima_antigua
Acordad vuestra memoria, vuestra poca contrición robadora de mi gloria, que venganza es la victoria del vencido corazón; haced ya satisfacción, tornad lo suyo a su dueño, confesad en confesión la culpa de mi pasión no como de mal pequeño.
25décima_antigua
Le envié esta cantiga que aquí luego va puesta, con una mensajera que tenía dispuesta, mas, dice bien el cuento: que la mujer compuesta, si no aprecia el recado, no da buena respuesta.
9cuaderna_vía
Atención al misterio maravilloso, porque será preciso me quede corto, que vea si esa fuera tu lengua me ayuda dar aliento a mi pluma, que intento tratar de Nacimiento.
16chamberga
Yo era tímido como un niño. Ella, naturalmente, fue, para mi amor hecho de armiño, Herodías y Salomé...
7serventesio
En esta mar alterada por do todos nauegamos, los deportes que pasamos, si bien los consideramos, no duran mas que roçiada. O, pues, tu, ombre mortal, mira, mira, la rueda quan presto gira mundanal!
38novena
Con qué palabras diré lo que por tu causa siento, o con qué conocimiento se conocerá mi fe? ¿Qué sentido bastará, aunque yo mejor lo diga, para sentir la fatiga que a tu causa amor me da?
28copla_castellana
El bienechor camina siempre seguro, porque todos los hombres son sus escudos: no así el malvado, porque encuentra enemigos a cada paso.
27seguidilla_compuesta
Quien duda, que los reyes, (si soberanos sean) no por eso se eximen de errar, como hombres, que es común miseria.
17endecha_real
La contemplé un momento, y aquel resplandor tibio, aquel lecho de piedra que ofrecía, próximo al muro, otro lugar vacío,
21silva_arromanzada
porque pone sus pies por do ninguno los puso, y con sus nuevas fantasías mucho más que agradable es importuno.
33terceto
A cazar va don Rodrigo y aun don Rodrigo de Lara; con la gran siesta que hace, arrimádose ha a una haya, maldiciendo a Mudarrillo, hijo de la renegada, que si a manos le hubiese, que le sacaría el alma. El señor estando en esto, Mudarrillo que asomaba. Dios te salve, caballero, debajo la verde haya. Así haga a ti, escudero; buena sea tu llegada. Digasme tú, el caballero, ¿cómo era la tu gracia? A mí dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, cuñado de Gonzalo Gustos, hermano de doña Sancha; por sobrinos me los hube los siete infantes de Salas. Espero aquí a Mudarrillo, hijo de la renegada; si delante lo tuviese, yo le sacaría el alma. Si a ti dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, a mí Mudarra González, hijo de la renegada, de Gonzalo Gustos hijo, y alnado de doña Sancha; por hermanos me los hube los siete infantes de Salas. Tú los vendistes, traidor, en el val de Arabiana; mas, si Dios a mí me ayuda, aquí dejarás el alma. Espéresme, don Gonzalo, iré a tomar las mis armas. El espera que tú diste a los infantes de Lara: Aquí morirás, traidor, enemigo de doña Sancha.
1romance
«¿Cuál es la causa, mi Damón, que estando en la lucha de amor juntos trabados con lenguas, brazos, pies y encadenados cual vid que entre el jazmín se va enredando
24cuarteto
Neptuno, que estará subvencionado, en redes de cristal tiende traiciones, y del agua salobre cien montones arroja sobre el nauta atribulado.
24cuarteto
arco, digo, gentil, bruñida aljaba, obras ambas de artífice prolijo, y de Malaco rey a deidad Java alto don, según ya mi huésped dijo. De aquél la mano, de ésta el hombro agrava; convencida la madre, imita al hijo: serás a un tiempo en estos horizontes Venus del mar, Cupido de los montes.
2octava_real
Conozco muchos sastres de gran tijera pero como la tuya nadie la encuentra.
22seguidilla
Que joven y rica y bella, En la riqueza se posa, Y en los diamantes destella, Y en la joya más vistosa Para competir con ella.
29quintilla
pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres, ésas... ¡no volverán!
21silva_arromanzada
Mostrado se había el carro estrellado, y la mi compaña, licencia obtenida, el dulce reposo buscaban de grado; y yo retraíme hacia la manida, en la cual, sobrada del sueño y vencida, no sé si la nombre fantasma o visión, me fue demostrada tal revelación cual nunca fue vista ni pienso fingida.
41copla_arte_mayor
Porque no apetecía más compañía que su pensamiento, que alegre la ofrecía inocentes ideas de contento, marchaba sola la feliz Lechera, y decía entre sí de esta manera:
45sexteto_lira
En Sevilla está una ermita cual dicen de San Simón, adonde todas las damas iban a hacer oración. Allá va la mi señora, sobre todas la mejor, saya lleva sobre saya, mantillo de un tornasol, en la su boca muy linda lleva un poco de dulzor, en la su cara muy blanca lleva un poco de color, y en los sus ojuelos garzos lleva un poco de alcohol, a la entrada de la ermita, relumbrando como el sol. El abad que dice misa no la puede decir, no, monacillos que le ayudan no aciertan responder, no, por decir: amén, amén, decían: amor, amor.
1romance
De allí, volando al cielo, al gran Tonante ruega, porque de amor obrar se siente, que por mujer le dé a Psique, su amante. Él lo besa y abraza dulcemente; el águila de Júpiter volante tiene en el pico el fuego fiero ardiente; Mercurio, en el celeste territorio, todos los dioses llama a consistorio.
4octava
Y volviendo la trasera respondió de esta manera: "Lámpara, ¡con que deleite te chupara yo el aceite si tu luz no me ofendiera".
29quintilla
Aquél que de poeta no se precia, ¿para qué escribe versos y los dice? ¿Por qué desdeña lo que más aprecia?
33terceto
Venía en fin y por remate dellas una resplandeciendo, como hace el sol ante la luz de las estrellas;
33terceto
Su pecho como un fuego de dos llamas ardía en dos regiones levantado, y en doble río llegaba a sus pies grandes y claros.
36estrofa_sáfica
Otros vi que sobreseo, Por la gran prolijidad Aunque manifiesto veo Ser de gran autoridad: y vi yo la gran deidad, Diáfana y tan radiante, A quien jamás Dios mediante no vi otra en dignidad,
40copla_arte_menor
Tarde de otoño, invisible y fugaz, desaparece.
8haiku
Con majestad real, con inaudita pompa llegó, y al pie del monte para quien los bienes del monte solicita:
33terceto
La confusión qne reina en el navio, Si al mismo tiempo que bramando rompe El huraean sus mástiles, la quilla Toca en las peñas ásperas que esconde Entumecido el mar-, encuentra Ñuño Por calles y plazuelas. Era entonces Tal la inseguridad, y tan frecuentes En plena paz rebatos é invasiones, Que no era extraño el popular asombro. Con algunos hidalgos y otros hombres De cuenta Ñuño habló, que apresurados Aprestaban sus armas y trotones. Todos le afirman que los moros vienen, Y que las vegas inmediatas corren 5 Mas de su intento y fuerza las noticias No son ni positivas ni conformes. Ñuño y el arcipreste, y dos personas De autoridad resuelven á la torre De la iglesia mayor, que dominaba En torno las llanuras y los bosques, Subir á cerciorarse por sus ojos Del peligro, que tiene en tal desórden Y terror la comarca. Lo ejecutan, Y solo ven á gran distancia, á trote Veinte moros venir acia la villa; Sin parecer en todo el horizonte Ni mas armadas huestes, ni banderas, Ni polvo, ni aun rumor. Los resplandores Del sol demuestran que con armas vienen ; Mas ni furor ni hostiles intenciones Su modo de marchar. No de milanos Banda voraz, que hambrienta reconoce, Y el indefenso palomar embiste. Parecían los moros trotadores ; Sino banda pacífica y alegre De apacibles cigüeñas, que los montes Del África dejando en primavera, Un alto pino ó solitaria torre Buscanj para anidar en nuestro clima, Y pasar la estación de los calores. Ñuño y los que con él observan, luego Lo advierten todo ; su temor calmóse, Y mandando cesar del campanario Los alarmantes v molestos toques. Vuelto curiosidad el miedo, bajan, Refieren lo que han visto, y los temores Procuran aquietar del necio vulgo ; Y treinta hidalgos se arman y disponen A salir al encuentro de los moros, Para inquirir mejor sus intenciones ; Mientras Ñuño á informar de todo á Lara, Y su inquietud á sosegar, volvióse.
18romance_arte_mayor
Mas desprecia cuanto quieras a tu pastor, Galatea; sólo que en estas riberas cerca de las ondas fieras con mis ojos no te vea. ¿Qué pasatiempo mejor orilla el mar puede hallarse que escuchar el ruiseñor, coger la olorosa flor y en clara fuente lavarse?
6copla_real
la luna cómo mueve la plateada rueda, y va en pos della la luz do el saber llueve, y la graciosa estrella de amor la sigue reluciente y bella;
14lira
Abre, niña, los ojos, no hagas la ciega pues sabemos que tienes la vista buena
22seguidilla
Al guardian le da cuenta, Como quien dice: Haga usted que Benito Le resucite. Fué con el pobre, y dando al bruto vida, Dió aliento al hombre.
27seguidilla_compuesta